Hoy se cumplen ya tres años de aquel viernes 13 de marzo del 2020, día en el que inició toda una serie de cambios que la pandemia de Covid-19 que provocó e hizo entender que la vida ya no sería como antes.

En materia educativa en el estado de Guanajuato, aquel día fue un antes y un después de la vida académica, pues fue el último de clases, como comúnmente se conocían dejando generaciones enteras sin festejas sus graduaciones, marcando a todas las personas de alguna u otra manera.

Tuvo que pasar casi un año, muchas pérdidas, pruebas y errores de protocolos sanitarios para que el regreso a las clases se pudiera dar de manera híbrida.

La pandemia del coronavirus provocó un rezago académico, así como un gran número de alumnos que cayeron en el abandono escolar; casos de estudiantes que se quedaron huérfanos por la pérdida de algunos de sus padres y en el peor de los casos, por la pérdida de ambos.

En Guanajuato se tuvieron que aplicar más de 11 millones de vacunas contra el Covid-19 de distintas marcas para hoy vivir relativamente tranquilos y en convivencia con el coronavirus.

Pese a esto, el camino fue largo, pues hubo recursos legales como amparos de por medio para que los menores de edad pudieran ser vacunados en una primera instancia, ya que a ellos no se les consideraba.

Hoy las clases ya se reactivaron, pero las clases a distancia dejaron un gran aprendizaje, pues el país no está listo para un mecanismo así y ahora recuperar ese rezago que se estima sea de 1 o hasta 4 años es el reto que tienen las instituciones educativas por delante. Además, también de considerar la ansiedad y las repercusiones que la pandemia tuvo en cuanto a la salud mental.