Los micro empresarios no le entran ya a la producción de cubrebocas debido a que el mercado está sobresaturado, expuso el dirigente empresarios de plazas comerciales de la Zona Piel, Francisco Romo.
Al principio de la pandemia, cuando las pequeñas y micro empresas quedaron sin trabajo y desempleo, le entraron a fabricar cubrebocas, pensaron que sería el bum, sin embargo, muchos se quedaron con bodegas repletas.
Algunos micro empresarios fabricaron hasta 1 millón de cubrebocas y no lograron la venta en el mercado local, batallan para rematarlos y ahora no se sienten motivados, pese a que es obligatorio el uso de cubrebocas, que se ofrecen en todas partes, en las calles, mercados públicos, locales de Zona Piel, tianguis.
Empresarios de otros estados buscaron maquiladores en micros y pequeñas empresas de marroquinería, calzado, ropa, a un costo de fabricación de 50 centavos los sencillos y los complicados y de mayor calidad N-95 a 1 peso con 50 centavos, muy barato, ante la desesperación por desempleo, aceptaron.
Luego, bastantes empresas de Moroleón y Uriangato también le entraron a la producción de cubrebocas, en lugar de ropa, además de otros fabricantes del país y empresas de calzado, lo que ocasionó la sobresaturación del mercado local y nacional.
Para los micro empresarios fabricantes y comerciantes, no son una “tablita de salvación” la producción y venta de cubrebocas, debido a que hay una excesiva competencia, el mercado esta sobresaturado, dijo.
Además, hay costureras que en sus casas elaboran cubrebocas, para la venta a sus familiares, amigos, vecinos, a precios más accesibles en comparación a los vendedores ambulantes, tianguis, comercio establecido que los venden hasta 10, 15 y 20 pesos pieza.
Incluso, hay empresarios que están ahora rematando las máquinas a 85 mil y 120 mil pesos, sin embargo, no hay clientes porque se carece de capacidad de compra en esta crisis económica derivada de la contingencia sanitaria, enfatizó Francisco Romo.