Así como muchas actividades humanas fueron seriamente perjudicadas durante la pandemia, para otros sectores implicó un verdadero cambio de paradigmas. Uno de ellos fue el de la investigación científica, concretamente la óptica.
Así lo señaló Rafael Espinosa Luna, director del Centro de Investigaciones en Óptica, A.C.
“En realidad fue un área de oportunidad muy grande para atrevernos a hacer desarrollos que nunca se habían hecho. En el Centro de Investigaciones en Óptica desarrollamos doce prototipos para hacer frente a los efectos de la pandemia”.
Entre ellos, dos ventiladores mecánicos. Uno de ellos impulsado por el CONACYT. Este recibió la certificación de la COFEPRIS. Otro con fines didácticos, y con el objetivo de que estudiantes de medicina y enfermería conocieran los principios de cómo funciona un ventilador mecánico.
“Para nosotros fue un área de oportunidad donde identificamos que parte de estos ventiladores mecánicos son los sensores. Nosotros tenemos un cuarto limpio donde se ofrece la oportunidad de desarrollar micro dispositivos para controlar los sensores. Fue un área de oportunidad, pues nuestras áreas de trabajo son la óptica y la fotónica, y nos dimos cuenta que en realidad podemos servir de manera trasversal a otras áreas que no pensamos que pudiéramos tener incidencia”.
Sobre la enseñanza:
“Aquí rompimos el paradigma, porque junto con otros nueve centros en total, desarrollamos laboratorios virtuales, lo que significa que desde cualquier parte del mundo que se tenga acceso a internet, se pueden realizar experimentos en esos laboratorios, concretamente en cuestiones de robótica, entre otras áreas. Para nosotros fue una gran sorpresa”.