La labor de crear cuchillos y espadas es ardua y compleja, ya sea desde aquellos de tamaño pequeño hasta magníficos sables o floretes. Una de las muchas marcas del Pabellón Guanajuato en la Feria de León es ‘Cuchillos Chávez’, que se dedica a esta labor.
La señora María Paz Amézquita y su esposo, Rodolfo Chávez, originarios de la colonia San Felipe de Jesús, comenzaron a crecer con el apoyo de la Marca Guanajuato, aunque Rodolfo se dedica a hacer cuchillos desde los quince años de edad.
El padre de Rodolfo trabajaba en la rama del acero, y a él le llamó la atención este oficio. Aunque es importante señalar que no se dedicaba propiamente a la manufactura de estos filosos objetos, poco a poco Rodolfo se fijó en el acero y cómo se moldeaba, queriéndose dedicar de manera formal a esta labor en la que actualmente está emprendiendo.
“Después mi esposo vendía cuchillos en Guanajuato. Cuando le pidieron más modelos, él se dio cuenta que existían muchos tipos, y fue cuando él decidió hacerlos por su propia cuenta, para que se le vendieran y tuviera más variedad que ofrecerle a sus clientes”.
Hoy en día, ‘Cuchillos Chávez’ no ofrece únicamente cuchillos de cocina, sino una amplia variedad, como navajas, espadas de gran tamaño, floretes dignos de ‘Los tres mosqueteros’, sables y otras figuras semejantes.
El proceso para crear cuchillos y espadas es largo y tendido: primero se compra el acero y la lámina, luego se corta en una guillotina y se le da la forma; más tarde se mete a un horno para templarse, para que de esta forma el acero tenga la forma adecuada y no se quiebre. Finalmente se graba y se pule. Así han quedado estas brillantes y relucientes armas.