La colonia Periodistas Mexicanos, mejor conocida como la “Jacinto López” siempre ha presentado muchas necesidades sociales, como la seguridad o la pavimentación. Actualmente, las calles que se ubican en las orillas padecen una problemática (si se puede) todavía más seria: la falta de agua.
Mientras el transeúnte se adentra en las calles de la Jacinto López, son visibles las calles sin pavimentar que muestran una notable aridez. El calor, que cada día que pasa es mucho más intenso, merma la energía de los habitantes de las calles con nombres de insignes mexicanos como Manuel Payno.
En la Juan Urrutia, que se encuentra en el extremo de la zona, el líquido escasea mucho y solamente llega en las madrugadas. Aunque los vecinos han llamado constantemente a SAPAL, el problema persiste y los recibos siguen llegando.
Varios vecinos se quejan. Una de ellas es María de la Luz López, quien vive en la calle Mariano Otero. Al ser ama de casa, enfrenta dificultades todos los días, tal como lo narra:
“No tenemos agua, y si hay es un chorrito. En dos horas apenas llenamos un tambo, y si sale, solo es en las madrugadas. Cuando hay, si acaso, es en las madrugadas. El problema se hizo más grave hace unos tres meses. No nos queda sino desvelarnos para hacer nuestras actividades diarias, y además tenemos que economizarnos. Hemos llamado pipas, pero están bien caras. Nos cobran mil 300 por pipa, y entre los vecinos nos ponemos de acuerdo”.
Aunque los vecinos han llamado a SAPAL, el problema no cesa. El ambiente en las calles está rodeado de plantas marchitas.
Juana María Rodríguez recuerda que el problema es general en toda la colonia, y mientras más se asciende, la escasez es muchísimo mayor. La vecina se queja: “Primero, llamamos a SAPAL y nos dicen que no hay reporte. Luego nos dicen que sí hay, pero que están trabajando. Llega el agua una o dos horas, y luego nos la quitan tres días. En mi casa somos seis personas”.
En temporada de calor es habitual este problema. Algunos vecinos han tenido que enfrentarlo desde hace seis años.
Los vecinos tienen que estar reciclando el líquido de las lavadoras, y además, sus electrodomésticos y otros aparatos corren el riesgo de descomponerse, como ocurre con los calentadores. En ocasiones, SAPAL les ha mandado pipas, pero los tinacos es otra de sus preocupaciones. De momento, los vecinos temen que conforme más aumente el calor en la ciudad y el resto del estado, haya enfermedades y otros problemas de salud.