Las relaciones de pareja pueden ser buenas, malas, tóxicas, sanas, apasionadas, intensas o incluso, durar toda una vida. Entre dos personas se pueden llevar a cabo toda clase de actividades lúdicas, como ver una serie o una película, ir a comer o simplemente, salir a caminar. Nadie pensaría, por ejemplo, en sugerir a su novio o novia asesinar a una persona como un simple pasatiempo.
La mera idea resulta aberrante.
Sin embargo, pese a lo estrafalario e inverosímil de la idea, han existido varios casos registrados de parejas quienes, flechados más por una psicopatología que por el amor, se unen para acuchillar, disparar a torturar. Afortunadamente todas han sido capturadas. Hay registros donde constan sus actos, no se trata de películas o series como ‘Asesinos por naturaleza’ o ‘Hasta los huesos’.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Rusia, donde Dmitry y Natalia Baksheevy fueron conocidos, en 2017, como ‘Los caníbales de Krasnodar’. Durante años, parecieron una amorosa y estable pareja como tantas en su país, ella era enfermera y él se desempeñaba en labores de mantenimiento. Tras ser despedidos, comenzaron a dedicarse a vender carne a vecinos y restaurantes de lujo. En una salida, Natalia perdió su teléfono, que fue descubierto por un hombre que al verlo, se horrorizó, pues tenía imágenes de personas descuartizadas. La policía llegó a su casa, percatándose que había 7 paquetes con restos humanos. Con horror, la gente tuvo que aceptar que eran una pareja de caníbales que con engaños llevaban víctimas a su casa y vendían la carne. Fue absurdo, pero no se les penó con cadena perpetua: Dmitry fue condenado a 12 años, Natalia a 10.
De no haber sido por las fotos de aquel teléfono celular, los caníbales habrían seguido blandiendo sus cuchillos.
DE CANADÁ A CALIFORNIA
Hoy en día, gracias a la película de ‘Barbie’ la famosa muñeca está en boca de todo mundo. Sin embargo, en los años noventa fueron relacionados con Karla Homolka y Paul Bernardo, quienes no tenían ninguna justificación para volverse asesinos: ambos eran guapos, preparados e inteligentes. Parecían tan perfectos, que la gente los apodaba ‘Barbie y Ken’. De hecho, este es el apodo con el que quedarían registrados en la historia de Canadá.
La historia de Karla y Paul arranca en Toronto, cuando se conocieron y enamoraron en 1987. Él tenía 23 años y ella 17. El joven ya había abusado y golpeado a varias mujeres, y aunque declaró a las autoridades, la policía no sospechó de él por la amabilidad y disposición que presentaba. Cuando le contó a su novia sobre sus pasiones asesinas, lejos de que ella se aterrara lo denunciara, le resultó una excelente idea hacer equipo para matar muchachas y aparte, grabar sus actos en video. Entre las víctimas de esta pareja estuvo Tammy Homolka, hermana de Karla, a quien mataron en la Navidad de 1990. Otra víctima fue una niña de 14 años, llamada Leslie Mahaffy. Homolka denunció a su novio, alegando que fue víctima de su manipulación, por lo que fue condenada a 12 años de cárcel y salió en 2005. Paul recibió cadena perpetua. Las grabaciones en video fueron una evidencia fundamental.
El último caso de esta semana es el de Carol Bundy y Douglas Clark, quienes fueron apodados ‘Los asesinos de Sunset Strip’, por cometer sus crímenes en la famosa zona de Los Ángeles, epicentro de vida nocturna y cuna del glam metal.
Se conocieron en 1980. eran una pareja repleta de conflictos mentales y deseosos de llevar a cabo sangrientas fantasías. Entre los dos llevaron a cabo 6 asesinatos de mujeres jóvenes, pero se presumen muchos más sin confirmar. Carol fue quien, carcomida por la culpa, confesó a unos compañeros de su trabajo que dieron aviso a las autoridades. Hasta el día de hoy no se sabe con certeza quien de los dos fue el autor intelectual de los crímenes.
No cabe duda que hay parejas y amores que es mejor que permanezcan lejos… hasta que la muerte los separe.