La reciente muerte del actor Andrés García hizo que en diferentes páginas web, documentales y otros medios, se evocaran sus papeles más famosos, muchos de ellos galanes de telenovela. Sin embargo, de entre todas las caracterizaciones que realizó a lo largo de su vida, destaca la de Pedro Navaja, sin duda uno de los delincuentes más conocidos que han poblado la mitología del cine mexicano e incluso, de América Latina.

Navaja surge de una canción compuesta por el músico panameño Rubén Blades en 1978, que a su vez se inspira en una canción de jazz creada por Louis Armstrong de nombre ‘Mack the knife’ y ésta también está inspirada en la pieza musical alemana titulada ‘Die Moritat von Mackie Messer’ (es decir, ‘La balada de Mackie el Navaja’) cuya melodía fue compuesta por Kurt Weill y la letra por el gran escritor Bertolt Brecht. Grosso modo, la historia de Pedro Navaja se enfoca en un delincuente que vaga por las calles del viejo barrio, hasta que se topa con una trabajadora sexual quien intenta darle muerte. Finalmente, ambos mueren y sus cuerpos quedan tendidos en la calle.

Pero, ¿qué tan real este personaje? ¿se trata de mera ficción, o tiene raíces verídicas en la historia criminal? La respuesta es un ‘sí’ pues Mackie Messer está basado en un delincuente real, aunque de nacionalidad y época muy distinta a la famosa canción de salsa.
Esta es la historia de ese personaje que interpretó Andrés García en 1984, y la canción lo describe como alguien que lleva “[…] las manos siempre en los bolsillos de su gabán, para que no se sepa dónde esconde el puñal”.

DE JACK A PEDRO
En realidad, la inspiración para ‘Pedro Navaja’ no es latinoamericana, sino inglesa, y no data del siglo XX, sino de 1702. Se llamaba Jack Sheppard.

Shepard fue uno de los criminales más famosos de su tiempo, y entre los británicos del siglo XVIII fue considerado una especie de ídolo popular. En parte porque era un pillo carismático, pero sobre todo, por la habilidad que tenía para fugarse. En cuatro ocasiones las autoridades lo aprehendieron, y siempre vio la forma de huir.
Sheppard nació siendo de escasos recursos en 1702, y primero se ganó la vida como carpintero. No fue sino hasta que conoció a la trabajadora sexual Elizabeth Lyon, quien lo indujo en el bajo mundo. En poco tiempo se hizo un ladrón muy conocido y escurridizo. Su modus operandi era variado: robaba desde cucharas de plata en tabernas hasta casas, a las que ingresaba gracias a su trabajo como carpintero.

Aunque era encerrado en las cárceles, Sheppard se fugaba con total naturalidad. Una vez utilizó una soga hecha con sábanas anudadas, y en otra ocasión quitó un barrote y salió de su celda, debido a su delgadísima complexión.
El 16 de noviembre de 1724, Jack fue capturado por quinta vez. La policía estaba cansada de él y lo sentenciaron a la horca. Para ese entonces, ya tenía muchos admiradores entre la sociedad. Antes de subir al cadalso fue registrado, y el verdugo encontró una navaja en su bolsillo, con la que pretendía cortar la cuerda. Murió con tan solo 22 años.

Al igual que Pedro Navaja, Sheppard tuvo una biografía, que se publicó de forma anónima, pero se creía que el autor que Daniel Defoe, quien escribió ‘Robinson Crusoe’. William Harrison Ainsworth también escribió una novela basada en él, que fue vetada por las autoridades inglesas, pues la consideraron apología de la delincuencia. Años después, el autor Joh Gay publicaría ‘The Beggar’s Opera’ También inspirada en Jack.

Tanto el personaje de Pedro Navaja como su homólogo histórico pagaron sus crímenes. No cabe duda que, tanto en el mundo ficticio como en la realidad, se cumple la frase de la canción que da título al personaje que hoy nos ocupa: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Pedro Navaja, matón de esquina. Quien a hierro mata, a hierro termina”.