En estas temporadas de frentes fríos no hay cosa que se antoje más que alguna comida caliente, algo envuelto por lo general en una hoja de plátano o maíz, en su  interior relleno de masa y carne o pollo en salsa verde o roja; los tamales.

A un lado de catedral podemos encontrar esta típica comida mexicana de manos de  José Guadalupe Gasca quien desde hace años y como herencia de su madre ofrece a los comensales, visitantes y turistas el mismo sazón. Con sus ollas al carbón, el atole y los buñuelos.

“Esta tradición ya viene desde mi mamá la señora María Gasca Ríos, ella estuvo 64 años aquí, ahora no está presencialmente pero la llevo en mi corazón, seguí su trabajo, el legado que nos dejó. Somos 8 hermanos los cuales nos encargamos de esta tradición familiar” comentó.

La señora María Gasca Ríos fue la primer persona en vender tamales en la Zona Centro, con el paso del tiempo fue creando amistades en el mismo ámbito. En apoyo con sus hijos realizaba los tamales con la misma receta.

“La mayoría me preguntan por mi mamá, pero se dan cuenta que tenemos  el mismo sazón, ella nunca nos preparó para seguir con el negocio, no se hablaba de eso. Ella nada más a sus 92 años dijo que ya estaba cansada y falleció a los 96, una belleza como la Reina Isabel” agregó.

Respecto a la variedad de tamales que ofrece a los comensales cambia de menú cada ocho días entre la diversidad de color y sabor destacan el de limón, fresa, piña, guayaba, chile relleno y canarios.

Este último comenta que la preparación es con la ralladura de naranja, jugo de limón, pasas y un toque de vainilla así es como los tamales quedan  amarillos con las pasitas como si fueran canarios, José dice que son originarios de Michoacán.

“Comienzo desde temprano, alrededor de las 3 de la mañana hacer el atole mientras que los buñuelos y preparación de la masa un día antes”.

La señora Gasca les encomendó siempre que cada actividad fuera en el nombre de Dios con la fe puesta en que, se dieran buenas ventas y los comensales regresaran nuevamente.

Gran variedad de tamales y atoles

Desde atole blanco, champurrado y de guayaba que son muy tradicionales, hasta las variantes por ejemplo aquella ocasión en que una señora le pidió un atole blanco con sal y jocoque “así  es como uno se da cuenta que es su paladar y su gusto, hay que entender que cada quien es diferente”.

O las típicas “guajolotas” que  aunque son  originarias de CDMX él tiene a la mano los bolillos para prepararlo a los comensales.

El señor José Guadalupe Gasca invita a los leoneses y turistas a probar la variedad que tiene desde hace casi 70 años con la misma receta, sabor y amor.