Hoy se cumplen cuatro años de uno de los accidentes que más han quedado plasmados en la reciente historia de la ciudad de León y del estado de Guanajuato. Se le conoce como ‘La Tragedia de la Ruta 84’.
Este es un recuento de los hechos y de las entrevistas a algunos de los que protagonizaron el caso.
Todo comenzó la noche del 29 de diciembre de 2018. La gente se preparaba para celebrar el Año Nuevo que llegaría en tan solo unos días. Era sábado por la noche, y muchas rutas de camiones iban repletas de gente. El camión con el nombre ‘Ruta A-84’ partió aquella noche repleto de hombres, mujeres y niños. Ninguno de ellos predecía lo que enfrentarían en pocos minutos.
Cuando el camión iba por bulevar Calcopirita rumbo a la colonia Convive, el chofer desconcertado gritó a los pasajeros: ‘¡Agárrense, me quedé sin frenos!’ Fue entonces cuando el vehículo salió disparado rumbo a un barranco y se estrelló. El lugar quedó lleno de trozos de metal y cristales. Los cuerpos permanecieron en el suelo terregoso, en espera de ser rescatados.
El saldo sería de 11 personas fallecidas y 45 heridos. José Melesio, el chofer, murió.
DOLOR PREVIO A DÍA DE REYES
La gente de las colonias aledañas escuchó un estruendo y salieron de sus casas, contemplando el dantesco accidente. Muchos de ellos se solidarizaron y otros llamaron a los números de emergencia. Poco a poco llegarían los paramédicos para acordonar el área y hacer su trabajo tan rápido como les fuera posible. Las sirenas de las ambulancias no pararon de sonar durante toda la noche. Al día siguiente, la gente miraba el lugar del accidente. Hubo quienes montaron cruces improvisadas y colocaron juguetes de los niños que habían muerto, y que nunca recibirían su regalo de Día de Reyes Magos en 8 días.
Hubo quienes se salvaron de milagro. Uno de ellos fue Joshua Ángel Aguirre Martínez, hijo de la señora María de los Ángeles, misma que recuerda: “aquella noche mi hijo volvía de la escuela y me marcó diciendo que llegaría tarde porque el camión iba llenísimo, y esperaría al siguiente. Después nos enteramos de lo que pasó… y di gracias a Dios que me lo cuidó”.
Los años han pasado. En 2019, a 365 días después de la tragedia, las cruces permanecieron allí. Era una memoria para todas las y los sobrevivientes. Con el paso del tiempo desaparecieron. El caso incluso apareció en el programa ‘Extranormal’. Hoy es un terreno baldío, donde la gente transita y recuerda los terribles hechos. Todos los vecinos de la zona saben lo que fue ‘La Tragedia de la Ruta 84’, o ‘El camionazo de Calcopirita’ y ocasionalmente rezan por las víctimas.
TESTIMONIOS
La solidaridad de los vecinos fue uno de los rasgos más loables de La Tragedia de la Ruta 84. Mientras llegaban los paramédicos, la gente salió de sus casas a sacar cuantos cuerpos tuvieran oportunidad valiéndose de las puertas del camión que usaron como camillas. José Martínez, quien es albañil y regresaba de trabajar aquel día, cuenta lo ocurrido:
“Se oyó un ruido fortísimo que vibró mi casa. Me asomé y estaban las ambulancias. El camión estaba abajo, y muchísima gente tirada. Todos quejándose, pidiendo que los ayudaran. Me bajé al barranco, y alcancé a sacar dos cuerpos con ayuda de otras personas. No puedo explicar lo que se siente al ver la gente tirada y herida. Es como película. Todos pedían ayuda con unos gritotes”.
María Teresa Pérez López y Sanjuana López Moreno tuvieron familiares cercanos que sufrieron la tragedia en carne propia. Ambas coinciden en que un posible aumento al transporte público no lo vale, teniendo en cuenta hechos tan cruentos como este.
López Moreno recuerda: “Hubo mucha impotencia. A mi muchacho se le quebró la clavícula, y se le abrió la parte frontal de su cabeza. Hasta el día de hoy le dan muchos dolores de cabeza y tiene que tomar medicamentos. Todo eso de la Ruta 84 estuvo muy mal. Mi hijo tiene 23 años, y tenía 19 cuando fueron los hechos. En ese entonces, quien era su novia, también sufrió y fue accidentada. Ambos fueron atendidos en el Hospital de Las Joyas”.
María Teresa Pérez cuenta su testimonio: “Me hablaron por teléfono diciendo que se habían accidentado mi sobrino y su novia. Fue una impresión muy fea. Corrimos y corrimos a donde fue el accidente. Los busqué entre los heridos. Fue una experiencia muy dolorosa para mí; andaba como loca buscando a mi sobrino. Ahora doy gracias a Dios de que lo tengo vivo”.
La Ruta 84 quedará recordada, para siempre, por la gente de León.