El pasado viernes 15 de septiembre, el mundo del arte se vistió de luto con la muerte de Fernando Botero, sin duda alguna uno de los mejores pintores de Colombia y el mundo. Su variada y prolìfica obra, tan característica como única, fue objeto de múltiples elogios y conocida en cualquier museo del planeta… sin embargo, al ser tan famosa e identificable, también sufrió varios robos. En ocasiones las piezas sí fueron recuperadas, pero otras no.
Hoy, repasaremos en esta columna dedicada a crímenes mediáticos la vida y obra de Botero, y por supuesto, las diferentes ocasiones en que los amigos de lo ajeno sustrajeron sus pinturas y esculturas, causando resonancia a nivel mundial.
Nacido en Medellín el 19 de abril de 1932, estuvo influido por el muralismo mexicano, pero con el paso del tiempo desarrollo su estilo único, que lo convirtió en uno de los artistas más importantes de América Latina.
Aunque fue conocido popularmente como ‘el pintor de damas obesas’ él siempre lo negó, considerándolo una definición simplista. En su lugar, decía que pintaba obras voluminosas, ya fueran hombres, mujeres o caballos, pues para él la voluptuosidad era sinónimo de gozo.
Aunque la obra del colombiano ha sufrido varios hurtos, según The Art Loss Register, el artista más robado del mundo es Pablo Picasso, con un total de mil 147 cuadros desaparecdos.
LOS CASOS
Un allanamiento de morada es una experiencia sumamente desagradable, y nadie está exento de padecerla… ni siquiera el famoso pintor colombiano. Fue el 12 de octubre de 1990 cuando unos ladrones entraron a las 6:00 de la madrugada a su casa ubicada pocos kilómetros de Bogotá, envenenando a dos de sus perros (un pastor alemán y un boxer) para destrozar su caja fuerte con un espesor de 10 centímetros y llevarse 17 lienzos y 3 esculturas, evaluados en 300 millones de pesetas de aquel entonces. Entre las obras, se encontraba la única naturaleza muerta pintada por él, la imagen de Santa Cristina y una maqueta para los juegos olímpicos de Barcelona. Botero sospechó que los criminales querían secuestrarlo, pero este dato no fue verificado por las autoridades.
Uno de los robos de arte más sonados en España, ocurrió el 2 de diciembre de 2010, cuando un grupo de personas encapuchadas interceptó un camión que trasladaba obras de Picasso y Botero, entre otros grandes creadores, evaluadas en más de 3 millones de dólares. El vehículo iba de una exposición de Alemania, y cuando estaba en Getafe, a las afueras de Madrid, 3 hombres con el rostro cubierto forzaron la portezuela a la entrada del almacén donde estaba estacionada la furgoneta, llevándose el valioso contenido. Afortunadamente, el 20 de diciembre fueron recuperadas 34 de las 35 obras sustraídas por la policía madrileña cuando descubrieron esculturas de Txillida, Botero y Tàpies iban a ser vendidas como chatarra.
Otro de los casos más sonados ocurrió en noviembre de 2017 en París, y destaca por la simpleza del caso, alejado de una película hollywoodense de atracos: ocurrió en París, en la galería de arte Batoux, cuando un hombre llamado Bruno O. y conocido por ser un carterista con antecedentes, se robó, como si cualquier cosa, “La maternidad” que pesa 15 kilos, mide 57 centímetros de alto. La seguridad era muy mala, por lo que cometer el ilícito fue bastante sencillo. Días después el ladrón fue capturado, y confesó que era un encargo para un prestigioso abogado que también fue arrestado.
Como un dato de interés general, entre las obras de arte decomisadas al ex gobernador Javier Duarte, se encontraba una litografía atribuida, precisamente, a Fernando Botero, que se exhibió en 2018 en la sede del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVC).
La obra de Botero, sin duda, trasciende pese a que más de un ladrón se la robara. Bien dijo en una ocasión el pintor: “el arte es espiritual. Un respiro inmaterial de las dificultades de la vida”.