El municipio de San Francisco del Rincón destaca por sus negocios, sus sombreros y su cálida gente, pero como toda ciudad, en su historia también existe el lado oscuro, y ese es el siniestro caso de ‘Las Poquianchis’, que en su momento fue conocido en todo el mundo. Más allá de la fascinación morbosa que estos crímenes despiertan, forman parte del contexto histórico del lugar, y son un recordatorio para crear conciencia de algo que nunca debe volver a ocurrir.

Los hechos son de sobra conocidos: en 1964, se destapó que las hermanas González Valenzuela (Eva, Delfina y María de Jesús), apodadas ‘Poquianchis’ tenían burdeles en León, Jalisco y San Francisco. A lo largo de los años asesinaron entre 90 y 150 seres humanos, entre chicas que habían secuestrado, clientes y recién nacidos. Fueron capturadas en el municipio, llamando la atención de prensa nacional e internacional. Incluso hoy día en páginas web como ‘serial killer calendar’ son citadas.

De forma inevitable, el caso quedaría plasmado en la alta cultura y la cultura pop mexicana. En el artículo antologado en ‘El libro rojo III: 1959-1979’ escrito por Francisco Hinojosa, se explica que han aparecido en casi todas las formas de expresión creativas: la película de Felipe Cazals, la novela ‘Las Muertas’ de Jorge Ibargüengoitia, los cómics de ‘El Santos’ creados por Jis y Trino y un óleo de Francisco Corzas.

Sobre este polémico tema, Moisés Pacheco Tavares, divulgador de la historia d San Francisco del Rincón y encargado del despacho de su Archivo Histórico, señala que por mucho tiempo el caso durante muchos años fue tabú, y hasta cierto punto escabroso, pues la gente que lo tocó presenciarlo estremeció no solo al estado, sino al mundo.

Pacheco reconoce ya han pasado tres generaciones, y el caso debe tener una trascendencia con el fin de generar políticas públicas en temas tan serios como lo es la trata de personas, que hoy en día se da a través de redes sociales e internet, elemento que cuando fue el caso no existía. Es un tema de cultura general, además que no solamente fue en San Francisco sino en otros puntos del Bajío.

“Es importante saber difundirla para que la gente la conozca, pero no por el lado del amarillismo sino para concientizar, porque cambió la historia criminal del país”, señala Moisés.

En 2024, se cumplirán 50 años del caso.