Es de sobra conocida la narración de las Poquianchis, uno de los casos más siniestros en toda la historia de la nota roja mexicana. Sus asesinatos, sus anécdotas truculentas y cómo fueron detenidas en San Francisco del Rincón estremece, y se ha visto en cientos de libros y documentales. Lo que quizá muchas personas desconozcan, es que tenían una casa en el barrio de Chapallita, aquí en León.
Durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta, las hermanas González Valenzuela (Delfina, María del Carmen, María Luisa y María de Jesús) se dedicaron a abrir varios burdeles en el bajío mexicano, concretamente en Guanajuato y Jalisco.
Muchas de las jóvenes que llevaban a sus burdeles era en contra de su voluntad, y cuando crecían, o de alguna u otra forma ya no les eran ‘útiles’ las mataban, enterrándolas en los alrededores de sus diferentes propiedades. Quien se encargaba de ese funesto trabajo era Hermenegildo Zúñiga Maldonado, conocido como “El Capitán Águila Negra”, amante de Delfina. Un dato fundamental, es que el de las Poquianchis es el primer caso de trata de personas registrado en México.
Las Poquianchis se desplazaban en los diferentes negocios que tenían. Aunque los más conocidos eran los de Guadalajara y San Francisco del Rincón (este último, donde fueron detenidas). No se puede pasar por alto el que estaba en la colonia Chapalita. En las calles Bolivia y Sonora. En aquel entonces, toda la zona era un lindero. Hoy en día, cualquier vecino de Chapalita ubica el lugar cuando se le pregunta, consciente del horror que se vivió allí.