Lo que comenzó como una entrevista formal y sobria, el entrevistado y el tema consiguieron lo contrario: la transformaron en algo sencillo, agradable y cómodo. El Tratado de Libre Comercio firmado en los años 90’s nos parecía que dejaba de existir. Donald Trump nos hacía creer que con un tuit podía acabar con todo en México (daba la sensación porque un par de empresas automotrices lo habían hecho caso).
Así que decidimos buscar al Senador Romero Hicks. Es guanajuatense, fue Rector de la Universidad de Guanajuato, Gobernador del Estado, Director del CONACYT y actualmente es Senador por Guanajuato. Y también participó en la asamblea constituyente de la CDMX.
Dejó que formuláramos las preguntas. Las revisó y comenzó por explicar:
Hablar de manera fragmentada de la posible negociación sería un error. Para negociar, debemos tener una visión integral del Tratado. Hacerlo de otra manera nos llevaría a una confusión mayor y hay que evitar eso.
Y empecemos por el principio: Lo que hemos visto en el Presidente Trump son arranques y ha tratado de gobernar a través de tuits. Pero no es como él lo presenta o le gustaría que fuera. Para modificar el TLC necesita comunicárselo a su cámara de Senadores (no sabemos que esto se haya realizado) y después transcurren 90 días donde se avisa a las otras partes. Por otro lado, Trump aún no tiene su gabinete conformado: no en su totalidad. Hay que recordar que en Estados Unidos, es el Congreso quien aprueba esos puestos. De momento, no tiene Secretario de Comercio, Procurador General, entre otros. Lo que nos lleva a observar que no hay pares con quién negociar.
Tampoco sabemos si será una negociación bipartita o tripartita. Esto es, que no sabemos si también estará en la negociación Canadá o no.
En cuanto a los cobros de aranceles que se le ocurrieron, son ilegales. Lo más que se puede cobrar de impuestos, de acuerdo a la Organización Mundial de Comercio (de la que somos miembros los tres Países involucrados en el Tratado), son entre 2% y 3%. Eso de cobrar el 20% como lo planteó es un despropósito ilegal. Que, por cierto, afectaría al consumidor norteamericano. Ellos pagarían dicho impuesto, pues se les aumentaría al momento de comprar cualquier cosa.
Lo que hizo el TLC, es transformar las relaciones comerciales de manera más compleja. Un ejemplo, se considera que México es el mayor productor de Televisiones de los tres países. Sin embargo, partes de esos televisores son coreanas, norteamericanas y se arman en México. ¿El televisor es mexicano o sólo está ensamblado aquí? ¿Cómo se resuelve dicho dilema?
Otro ejemplo, en unos días será el superbowl, un evento deportivo donde se ha vuelto una tradición el comer guacamole. Se consume durante ese día más aguacate que salchichas y catsup, en toda la unión americana. México es el principal productor de aguacate en el mundo. Nosotros les vendemos ese producto que ellos buscan y no alcanzan con su producción interna. No porque al presidente en turno se le ocurrió que ya no habrá aguacate, los consumidores lo acatarán. Allá gobiernan los consumidores.
Regresando al punto, es necesario revisar el Tratado. De nuestra parte es importante renegociar tres puntos importantes: Migración, Energías y Comercio Electrónico. Ninguna de estas tres cosas está en el acuerdo firmado en 1992 y puesta en práctica en 1994.
Nosotros tenemos con qué negociar, no hay miedo. Tampoco podemos estar haciendo caso de todas las ocurrencias que ha tenido el actual presidente de EUA. Mucho menos podemos gobernar desde twitter. Eso no es gobernar, son desplantes.
Hoy en reunión con Srio. @osoriochong, [email protected] que conformamos la #OperaciónMonarca analizamos la estategia de protección a migrantes. pic.twitter.com/e3lYkeas0O
— Juan C. Romero Hicks (@JCRomeroHicks) 2 de febrero de 2017
Escuchar, corriendo el riesgo d aprender. Agradezco a [email protected] constituyentes sus lecciones y el permitirme repensar lo q creí inamovible
— Juan C. Romero Hicks (@JCRomeroHicks) 31 de enero de 2017