Una voz perdida provoco la risa del público la noche del viernes en el Teatro Manuel Doblado con la puesta en escena “El día que María perdió la voz”, una ópera peculiar para chicos y grandes en la que tuvo una actuación especial el Coro Infantil de la Escuela de Música de León.
Con un público numeroso, la ópera de cámara de Marcela Rodríguez, que contó con la dirección de Jesusa Rodríguez, contó una historia en la que una niña de nombre María se ve obligada a asistir a varias con médicos para encontrar cura a su mal y es que la niña tiene una gran debilidad por entablar conversación con todo lo que la rodea.
La puesta en escena comenzó cuando María despierta y desde el primer instante comenzó a dar los buenos días a todo lo que formaba parte de su entorno, haciendo que su hermano viera interrumpido su sueño.
Después del desayuno en compañía de su familia, María acude al centro comercial con su papá y su hermano, es ahí donde una caja de cereal cae en su cabeza y sorpresivamente ya no puede hablar, de inmediato llama la atención de su acompañante y retornan a su hogar para contar lo sucedido a su mamá.
Fueron varios los momentos que causaron risa entre los espectadores, uno de estos fue cuando el papá de María, desesperado, lleva a la niña con un brujo que después de un gracioso ritual, le devuelve lo que había, pero no la correcta, haciendo que la protagonista emita una voz masculina y al parecer de una persona mucho mayor.
La obra operística, está basada en la novela que lleva el mismo título, escita por Javier Peñalosa. Algo que destaca de la puesta en e escena es la música en vivo y la escenografía en la que juega un papel muy importante la participación de dos robots que cambian en cada escena el mobiliario de acuerdo a la situación que iban a representar.
Poco más de una hora, fue el tiempo en el que los espectadores tuvieron la oportunidad de conocer una ópera peculiar.