Los videojuegos en línea pueden servir para un sinfín de actividades: ocio, relajamiento, mejorar las habilidades psicomotoras, convivencia, y en el caso de esta semana, resolver un asesinato múltiple.
La historia del multihomicidio de la familia Zaman y los jóvenes que ayudaron a las autoridades pareciera digna de una serie de misterio para adolescentes, al estilo ‘Riverdale’, pero es totalmente auténtica: hay infinidad de medios que reportaron el tema y un documental titulado ‘Perfect World: a deadly game’.
Todo comienza con Menhaz Zahman, un joven de 23 años, cuya familia oriunda de Bangladesh había emigrado a Canadá para tener mejores oportunidades, estableciéndose en Markham. En apariencia, el joven era el hijo perfecto: estudiante de ingeniería eléctrica, educado, formal y respetuoso; pero, todo era una mentira. Solo había estudiado un semestre y optó por darse de baja de la universidad, y su tiempo libre permanecía en los centros comerciales. Conforme más se acercaba el día de la graduación, su estrés y temor porque se supiera la verdad aumentaba, de modo que en julio de 2019 decidió asesinar a toda su familia, conformada por su madre Momotaz, de 50, su padre Moniruz de 59, su abuela Firoza y su hermana Malesa.
JUEGO TERMINADO
Los únicos amigos de Menhaz eran la comunidad de ‘Perfect World’, un videojuego en línea basado en la mitología china. Todos se comunicaban a través de ‘Discord’, un servicio de mensajería usado por la comunidad gamer. Aquella noche les mandó un mensaje: “Acabo de matar a mi familia”.
El joven Maroon Ayoub fue el primero en recibirlo. Se le erizó la piel. Aquel comentario pudiera parecer absurdo o de mal gusto, de esos que todos recibimos en Whatsapp y por lo general, ignoramos. Pero al grupo de jugadores los puso en alerta, ya que Menhaz había sido vetado de varios juegos por comentarios racistas, violentos, homófobos y misóginos.
Él y su grupo debían dar aviso a la policía, pero no sabían de su compañero nada más que su nombre, ni siquiera su dirección.
“Lo más seguro es que pase toda mi vida en la cárcel si logro sobrevivir. Espero recuerden los buenos momentos”. Ayoub, deduciendo que podría estar ante un familicida, le preguntó si estaba hablando en serio. Entonces, en el mensaje siguiente se anexaba la fotografía de la familia asesinada, seguida de una selfie del muchacho sosteniendo un cuchillo ensangrentado. Además, les pedía a sus amigos cuenta de Paypal para depositarles dinero como agradecimiento, pues ‘no lo iba a requerir’.
Rápidamente, los jóvenes comenzaron a investigar. Primero, buscaron en redes sociales si su familia era realmente la de la foto o si Menhaz la había sacado de algún medio de nota roja. Al confirmar que decía la verdad, rastrearon la IP. Esto tomó más tiempo. Más tarde hallaron la cuenta de Skype vinculada a otro amigo, para percatarse que, en efecto, la IP pertenecía al área conurbada de Toronto. La cuenta de Paypal fue el último dato para tener información precisa y dar aviso a las autoridades.
Los jóvenes investigadores amateurs (ninguno sobrepasaba la veintena de edad) estuvieron indagando durante 5 horas.
Esa misma noche la policía irrumpió a la casa de Menhaz, percatándose del horrendo escenario. Antes de ser esposado escribió un último mensaje en el chat: “La policía está aquí”.
Se pueden encontrar en la red fragmentos de las conversaciones.
Durante el juicio declaró que mató a su familia porque no quería que se avergonzaran de él. En noviembre de 2020 se dictó sentencia, en una sala restringida debido a la pandemia del coronavirus. Por la naturaleza de su crimen, la sentencia fue de 40 años.
Si tiene suerte saldrá cuando tenga 64.
El caso de los detectives de Discord demuestra que no solo en los videojuegos, sino en todas las actividades humanas, hay tanto buenos como malos; héroes y villanos; asesinos y detectives que los llevarán a la justicia.