A unos metros del bulevar Aeropuerto, el más transitado de León por ser la principal vía de entrada y salida de la ciudad, fue localizada este viernes una toma clandestina de hidrocarburos. Los huachicoleros saquean a la nación frente a nuestras narices.
El hallazgo sorprende por su ubicación. Diariamente el Ejército Mexicano detecta al menos un par de tomas clandestinas en Guanajuato a través del operativo Jabalí: los soldados vigilan los 12 poliductos de Pemex que cruzan por el estado. ¿Por qué perdieron la vergüenza –si es que alguna vez la han tenido- estos delincuentes? Quizá estén apostando a la descoordinación que reina en la entidad entre los distintos órdenes de Gobierno.
Constantemente hemos escuchado pretextos de las autoridades locales y federales cuando se trata de combatir al crimen. Si hablan de asesinatos, la justificación más recurrente es que se están matando entre los malos, y que ese es un asunto de la Federación. Y cuando se trata de combatir el robo de hidrocarburos, la excusa esa la misma: es un asunto que no compete ni al ámbito municipal ni al estatal.
Con ese constante ‘peloteo’ de los problemas, no sorprende que los delincuentes sean cada vez más descarados.
La realidad es que el combate al crimen debe ser una tarea coordinada entre Municipio, estado y Federación. Desde luego hay una diferencia en cuanto a qué instancia debe juzgar a los delincuentes, pero ésa es una de las etapas finales de un largo proceso que empieza desde que se dan las condiciones para que se cometa el crimen. Y aquí es precisamente donde todos tienen que ver.
La Policía municipal es la más cercana a la sociedad. Es la que primero llega a atender los reportes, la que convive con los ciudadanos, la que vigila nuestras calles. Estas policías están coordinadas con el Estado, cuya Secretaría de Seguridad se vale de herramientas como Escudo para prevenir y atender rápidamente cualquier situación que ponga en riesgo la integridad de los guanajuatenses.
El problema es que Escudo sigue sin dar muestras de que sea una herramienta eficaz, y que no parece haber un interés genuino del Estado por enfrentar la creciente problemática de la inseguridad. Más que un tema de leyes, es un asunto de coordinación. Pero para poder emprender estrategias conjuntas, lo primero es reconocer que existe un problema y tener el valor para enfrentarlo.
De ignorar esta situación, no serán los policías municipales los más cercanos a la ciudadanía. Los huachicoleros ya dieron un paso importante.
¡Nos leemos la próxima semana!