Los daños ocasionados por personas desconocidas a los bustos de guanajuatenses distinguidos que se ubican al interior del jardín el Cantador representan un atentado contra la historia, sin que hasta ahora haya atención de autoridades.
Desde hace algunos meses, estos ornamentos que fueron colocados en el año 2014, han comenzado a ser dañados, al ser desprendidos de sus bases, debido a que son hechos a base de bronce, un material que se vende con suma facilidad en las denominadas “chatarreras”.
Todos y cada uno de estos elementos que recuerdan la historia y obra de decenas de guanajuatenses distinguidos han sido dañados de algún modo, ya sea han sido arrancadas las placas que los distinguen o bien las bases donde se encuentran.
Ubicadas al interior del jardín el Cantador, desde el año de referencia, según visitantes y vecinos de los barrios y callejones cercanos, desde hace más o menos un año que comenzaron los daños.
“Ya hace como un año que se empezaron a robar las placas porque son de bronce, lo malo es que se afecta la historia de la ciudad y sus habitantes, pero las autoridades no han hecho nada”, dijo un vecino del callejón el Ramillete.
De acuerdo con los vecinos y visitantes, los robos y daños han ocurrido por las noches y los responsables serían personas que brincan los barandales laterales del jardín, porque el jardín se cierra antes de la medianoche.
Los ladrones se aprovechan que el alumbrado del Cantador no está en buenas condiciones y que por las noches no existe ningún tipo de vigilancia al interior ni en las calles cercanas.
Las personas que con frecuencia van a este espacio público para ejercitarse o realizar labores de esparcimiento, lamentaron que no haya atención alguna de las autoridades municipales.
“Cuando el alcalde se enteró por lo que publicaron los medios, lo único que dijo que iban a cambiar las placas de bronce por otras de cantera. Pero no es sólo eso, hace falta mucha seguridad”, afirmó otra vecina.
Tanto los vecinos, como los usuarios llamaron a las autoridades a dar la atención que esta problemática requiere, en especial porque hay temores que una vez que los ladrones ya no tengan que llevarse, afecten a todos ellos.