Sin duda alguna, la crítica de arte más polémica en México es Avelina Lésper. Sus argumentos, puntos de vista y análisis, la convierten en alguien a quien se admira o se aborrece, sin medias tintas. Ella fue una de las personalidades destacadas en la edición actual de la Feria del Libro de León, donde impartió la conferencia ‘El fraude del arte contemporáneo’ en el Patio de los Cuentos.
En entrevista, Lésper profundizó sobre el fenómeno del arte y la creación, expresando su insatisfacción sobre mucho de lo que presenciaba y mostrándose sumamente crítica sobre este fenómeno del arte contemporáneo. No faltaron las personas que se disgustaron mucho sobre sus opiniones, y poco a poco fue conformando una tesis de lo que ocurría con el arte, lo llamó ‘El fraude del arte contemporáneo’ que logró reunir en el libro que presentó en la Feria del Libro de esta ciudad.
El libro, que precisamente se titula ‘El fraude del arte contemporáneo’ está escrito para todas las personas que tienen curiosidad en el arte mismo y en este fenómeno. La autora profundiza en lo que llama ‘arte VIP’ (es decir: video, instalación y performance) y por qué eso no es arte. Con el libro, el lector obtiene los argumentos suficientes para forjarse un criterio, y un punto de vista no pasivo.
Sobre los sentimientos viscerales que despierta Lésper, de millones de usuarios en redes sociales que la odian, y otros que la apoyan, la crítica respondió:
“Aquellos que me aborrecen también son lectores. Alguien que te odia no te va a odiar siempre. Yo siempre lo he dicho: no soy la señorita Simpatía. Si hay gente que me odia, es porque mis argumentos llegan lo suficientemente lejos para causar disgusto (…) No escribo para agradar. Si está eso allí, es parte de un diálogo que ya debió existir en el arte”.
Lésper recordó que, en su momento, recibió no solamente toda clase de insultos, sino también amenazas. Está consciente que si responde a todas las agresiones, al hacerlo “los hará existir” y crecerá más.
ARTE QUE ‘HARTA’
Lésper recordó que el arte, en su momento, era rebelde, trasgresor, polémico. Hoy en día lo único que se busca es quedar bien y ser complaciente. Al fin y al cabo, hubo un momento en el que el diálogo artístico era efervescente, y ahora no hay nada de eso. Se llegó a un estado de confort no solo mediocre, sino retrógrada y dañino.
Pero… ¿por qué, si mucho del arte actual es mediocre, se vende? Lésper responde que esto se debe a que detrás hay un movimiento de especulación financiera muy grande, ya que es muy fácil trasladar dinero con este tipo de asuntos. Todo se vuelve un juego de monopolio donde el dinero se mueve de una mano a otra. Además, hay mucha ignorancia en la sociedad de consumo. Por ejemplo: una obra del siglo XIII tiene un gran valor dentro del contexto del arte, y es justificado que cueste muchísimo dinero. Sin embargo, eso cuesta lo mismo que una escultura de Jeff Koons, que muestra a un perrito hecho con globos, que se puede ver en una fiesta infantil.
“Atrás de eso, hay una evidente especulación financiera, además de mucha ignorancia. Porque es una realidad que tener mucho dinero, no es sinónimo de cultura”, dijo la crítica de forma lapidaria, aclarando que la ideología no convierte las cosas en arte.
La crítica y escritora destacó que, cuando se está frente a una obra auténtica, se siente admiración por lo que se ve, lo que se ha hecho. Eso se va a depositar en la memoria, pues hay técnica, maestría y lenguaje. Es como cuando se va al cine y al teatro, y muchas frases se quedan grabadas. Es tener confianza en los sentidos, pues cuando el arte es auténtico no necesita explicarse con un letrero, y traspasa la frontera del tiempo, como los murales de Siqueiros y Orozco, solo por poner un ejemplo.
Pese a sus críticas lapidarias, Lésper señaló que hay disciplinas modernas definitivamente artísticas, como el tatuaje, la animación, los videojuegos y la novela gráfica.