Como parte del ciclo «Solistas de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG)», el “Ensamble Polifónico Guanajuato” realizó el estreno mundial de la obra denominada «Tres poemas sinfónicos para quinteto de cuerdas» del compositor Jonathan Lusher.
Esta agrupación está conformada por Maksim Smakeev y Jorge Luis Torres Martínez en los violines, Lydia Bunn en la viola, Michael Severens en el violonchelo y Jorge Arturo Preza Garduño tocando el contrabajo.
La obra está inspirada en la mitología celta, en específico en la historia de Ankou, el guardián de los cementerios. Dicho personaje escoge la persona que fenecerá y también tiene el deber de proteger a las almas dentro de su cementerio.
Se compone de tres movimientos que buscan una fusión extraordinaria de sonidos, sobre todo con el contrabajo y con el violonchelo, que hicieron una conexión especial durante la interpretación de la obra.
«Tres poemas sinfónicos para quinteto de cuerdas» fue muy bien recibida por el público, quienes brindaron un aplauso a los intérpretes y al joven compositor que subió al escenario para agradecer a los músicos y asistentes.
Muestra de música clásica
Además de la música nueva, el “Ensamble Polifónico Guanajuato” también tiene como uno de sus propósitos fundamentales el divulgar música selecta de periodos como el barroco, clásico y contemporáneo, por lo que tocaron un programa diverso con el que cautivaron al público a través de una ejecución de calidad.
«Sinfonía para cuerdas no. 2 en re mayor», escrita por Félix Mendelssohn, atrajo al público con una articulación de tres movimientos: rápido, lento, rápido con una riqueza melódica característica del compositor de origen alemán.
Enseguida interpretaron la «Suite para cuerdas, JW 6/2», de Leoš Janáček, uno de los más importantes compositores checos de todos los tiempos. La armonía, el ritmo y la genuina ejecución de los músicos de la OSUG enriquecieron al concierto.
Para finalizar interpretaron la «Suite Saint Paul, op. 29, no. 2», escrita por Gustav Holts. Estructurada en cuatro movimientos, la obra deleitó con música folclórica británica a los asistentes.