Karla Silva
La estrechez de la carretera que conduce a la comunidad de Bajío de Bonillas pone en riesgo la integridad física de los peatones; afectados piden a las autoridades tomar cartas en el asunto.
La vialidad que hace algunos años fue un camino rural, actualmente no es suficiente para el traslado de vecinos de zonas aledañas como la comunidad de El Ranchito y los fraccionamientos Franco y Valle de las Huertas.
A ‘TOREAR’ CAMIONES
De lunes a viernes la señora Sofía Hernández camina por el lugar para llevar a su hijo a la escuela primaria. Camina cerca de un kilómetro y medio también de regreso.
“Ando a pie porque no es caro como todos los días en el camión”, dijo.
El peso de la mochila cargada con libros la ha hecho perder en varias ocasiones el equilibro, por lo que se ha visto obligada a “torear” los camiones y tolvas que suelen atravesar el lugar.
A las orillas hay caminos de terracería que en gran parte de las ocasiones, son invadidos por piedras y basura. Cuando fluye mucha gente “es imposible pasar”.
La madre de familia lamentó que no obstante que se trata de una carretera ya muy transitada, las autoridades no se esfuercen en generar la rehabilitación necesaria.
“Apenas hace unos meses que le echaron más asfalto. Quedó bien pero la señalética ni se ve buen y no hay espacio para que podamos caminar”, contó.
“No exigimos tampoco que nos hagan banquetas”, dijo, pero sí “cuando menos que arreglen a los lados pa’ que podamos pasar con más tranquilidad y no poner a nuestros niños en riesgo”.
ZAPATOS SUCIOS
Asimismo, la estudiante de nivel preparatoria, compartió que para poder llegar a su escuela requiere atravesar gran parte de la vialidad.
“Ni se diga en los tiempos de lluvia que tenemos que llegar con los zapatos limpios a la prepa, y no se puede. Aunque no quiera, tengo que caminar por aquí para agarrar el camión que me lleva a la escuela”, refirió.
Afectados llaman a las autoridades a “no nada más parchar” la carretera, sino a que den una solución en que se puedan también beneficiar los ciclistas.